El control de los mares es el tic que las grandes potencias han venido practicando desde tiempo atrás para afianzarse como centros de poder, con un rol clave en la conectividad. Una apuesta marítima con una arquitectura calibrada en infraestructuras comerciales, diplomacia empresarial, tecnología naval y explotación de los recursos. Todo ello supone entender la preeminencia que tienen las redes mundiales marítimas en las cadena de valor y cómo se está tejiendo un nuevo orden. Donde la colocación estratégica de puertos o bases navales es clave. Así Fernando Cortiñas, profesor del IE Business School, establece que «todo es parte del mismo juego por el liderazgo por la hegemonía. Hay un supuesto que dice que no se puede ser un líder mundial si uno no tiene el control de los mares». (Enlace al mapamundi de las bases y puertos de Rusia y China).
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición