El carbón, en pleno ocaso, vuelve a ganar protagonismo en el mix de generación eléctrica europeo. El elevado precio del gas, que se ha disparado tras la invasión rusa en Ucrania –llegando a superar los 300 euros/MWh–, ha intensificado su uso para producir electricidad en la mayoría de los países de la Unión Europea. Alemania, Francia, Países Bajos, España, Italia, Grecia, República Checa, Hungría y Austria están retrasando el calendario de cierre de sus centrales, reabriendo las ya clausuradas o aumentando las horas de trabajo, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) Coal Market Update, publicado en julio.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición