El crecimiento económico de China se debilita y sus efectos pueden repercutir en el resto de la economía mundial. Tras crecer un 4,5% en el primer trimestre, la economía del gigante asiático empieza a dar señales de freno y todo apunta a que se enfrenta a vientos en contra que marcarán el camino para Estados Unidos, Europa y América Latina. Entre estos indicios, la inflación se frena, las exportaciones e importaciones no marchan como se preveía, los problemas inmobiliarios persisten y el paro juvenil se mantiene en tasas elevadas. Síntomas que ya hacen pensar en medidas de estímulo monetario por parte del banco central para tratar de avivar el crecimiento.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición