En el vestíbulo del edificio que alberga el departamento de Innovación de Audi, en Ingolstadt, hasta hace poco escaparate permanente de los últimos modelos de los cinco anillos, se exhibían el pasado mes de octubre un SUV eléctrico de Li Auto y un modelo deportivo de Avatr. Se trata de un ineludible toque de atención para quienes todavía no se hayan dado cuenta de que, en algún momento de la carrera tecnológica por la movilidad eléctrica, China tomó la delantera y se ha convertido en referente imprescindible. Audi, de hecho, ya no es capaz de competir en el mercado chino con la tecnología local y sus ganancias se han desplomado un 91%, después de registrar un descenso de ventas del 16% en el gigante asiático.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición