La inflación lleva cerca de un año subiendo con una intensidad más que notable en la Eurozona y EEUU. La banca central, por su parte, ha comenzado a endurecer su política con cierta prisa (se les acusa de haber llegado tarde), mientras que la tasa de crecimiento real de los salarios es negativa (avanzan más despacio que la inflación). Demasiados ‘golpes’ juntos para el consumo y la inversión. Esta combinación de factores está llevando a la economía a una fase de destrucción de demanda (ajustes en las compras de ciertos bienes y servicios para cuadrar gastos e ingresos) que amenaza con convertirse en un atajo hacia la próxima recesión. El consumo real corre el riesgo de contraerse y abocar a las economías desarrolladas a una nueva crisis, algo que empieza a parecer inevitable.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición