A medida que se estrechan hasta lo imposible los plazos para negociar la relación comercial de la Unión Europea y el Reino Unido, crece el pesimismo en las capitales europeas sobre la posbilidad de evitar un Brexit caótico el próximo Año Nuevo. El primer ministro británico, Boris Johnson, viaja hoy a Bruselas para una cena con Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. El 31 de diciembre expira el acuerdo provisional que mantuvo la relación comercial entre los dos bloques después del Brexit; si no se firma un nuevo acuerdo, los masivos intercambios de bienes y servicios a través del Canal de la Mancha pasarán a estar sujetos a aranceles, cuotas y restricciones.
Pese a que ayer Reino Unido alivió tensiones al retirar una cláusula que permitiría a Londres revisar el acuerdo del Brexit, el pesimismo es la nota dominante. Michel Barnier, negociador jefe de la UE, aseguró ayer que ve más probable una ruptura sin acuerdo que con acuerdo. En los mismos términos se ha expresado, esta mañana, el primer ministro irlandés, Micheal Martin, que se ha declarado «en el lado de los pesimistas». Poco después, su número dos, Leo Varakdar, apuntaba que las posibilidades están al 50%.
Por el contrario, el responsable del Brexit en el Gobierno británico, Michael Gove, se ha mostrado más optimista, confiando en que el acuerdo sobre Irlanda del Norte facilite un pacto comercial. Gove, posteriormente, ha abierto la puerta a más compromisos en uno de los asuntos pendientes, la pesca: «Podemos ser generosos sobre quién entra en nuestras aguas». Varakdar, no obstante, apuntaba que el verdadero problema sin resolver es marco de competencia para las empresas. En este sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, ha resaltado esta mañana que un acuerdo aún es posible, pero ha destacado la necesidad de garantizar una competencia equilibrada «no solo ahora, pero también en el futuro».
Desde el Reino Unido se considera que, si hay progresos a nivel político, el negociador David Frost y su equipo podrán reanudar las negociaciones en los próximos días. El lado europeo está concentrando las fuerzas en las instituciones europeas, representadas por von der Leyen y por el equipo negociador que lidera Michel Barnier, precavidas ante el riesgo de que Londres tratara de debilitar la unidad de acción de los 27. Ayer pactaron, además, no llevar el Brexit a la cumbre de jefes de Gobierno que se celebra mañana en Bruselas, cuya agenda ya está más que cargada con el veto de Polonia y Hungría al presupuesto Europeo.
Con todo, las discrepancias siguen inmutables en los aspectos clave que han impedido el pacto hasta ahora: el acceso de pesqueros europeos a las aguas británicas, la garantía de una competencia leal (en términos de ayudas de Estado) por parte de las empresas británicas y las vías para garantizar el cumplimiento del acuerdo. En este sentido, Gove ha vuelto a insistir en que Reino Unido no puede estar sujeto a las leyes europeas, toda vez que la campaña del Brexit se basó en la premisa de recuperar el control.
Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición
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