A juzgar por los ríos de tinta que se han vertido sobre el final de la era del petróleo y los múltiples compromisos tanto por parte de empresas como de Gobiernos de lograr la neutralidad de carbono para 2050, no resulta tan complicada de entender la locura inversora que han generado a su alrededor las energías renovables. En el lado opuesto, el sector del petróleo se ve como una especie de apestado, con una etiqueta de contaminador que pesa a ojos del mercado y lastra su valor. En medio de las voces que dan por muerto en el futuro al petróleo, las previsiones arrojadas por la principal organización productora de crudo arrojan un panorama muy diferente al que cabría esperar, atendiendo al discurso de la transición energética.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición