Estados Unidos aún es el país más poderoso, pero su principal contendiente sigue creciendo alterando con ello los equilibrios que han caracterizado al mundo desde el final de la guerra fría. Incluso una pandemia después y con temores de crisis inmobiliaria al acecho, las cifras plasman que China continúa mejorando su economía a un ritmo mucho mayor que el estadounidense. Atendiendo a los datos y proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), desde 2019 hasta finales de 2022 el PIB chino habrá repuntado un 28,73%; el estadounidense crecerá un 16% en ese mismo periodo. Con la pujanza económica del país asiático como principal argumento, no es de extrañar que surjan voces en diferentes partes del globo a favor de estrechar más las relaciones con Pekín. Pero no es tan sencillo, y el caso de la Unión Europea es paradigmático.
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Noticia propuesta por FUNDIGEX – Asociación Española de Exportadores de Fundición